Lo que ocurre en Estados Unidos acaba llegando a España, desde las hamburguesas a la teoría de la raza. Lo mismo pasó hace décadas con la droga y el buenismo judicial. Por eso, siempre conviene prestar atención a las modas y las legislaciones en Norteamérica. Y una de las novedades que más nos interesa a los ciudadanos es el descenso de la delincuencia en Estados Unidos, que en cambio está aumentando en España.
Según el Ministerio de Interior, el número de homicidios en España en 2024 se acercó a 350; y la tasa, de las más bajas del mundo, fue 0,69 por 100.000 habitantes. En Estados Unidos, se cometen unos 20.000 homicidios anuales y la tasa sube a 5 por 100.000 habitantes, aunque en un país tan grande hay comarcas con una violencia enorme y otras con datos propios de Europa. Por ejemplo, en 2022 las 15 ciudades con mayor tasa de homicidios (Nueva Orleans, San Luis, Baltimore, Filadelfia, Detroit, Indianápolis…) reunieron más de la décima parte de los asesinatos y decuplicaron los datos registrados en España.
La novedad consiste en que en España las violaciones, los secuestros y los asesinatos están aumentando. Incluso, los sicarios matan a sus víctimas con sorprendente facilidad. Por el contrario, en Estados Unidos la delincuencia está disminuyendo.
En 1980, en Estados Unidos se cometieron más de 10.200 homicidios. Desde entonces, el número de este delito y su tasa ha bajado, salvo un ascenso en los primeros años 90. El mínimo se marcó en 2014, con unos 14.200 homicidios, con lo que la tasa, de 4,46 por 100.000 habitantes, devolvía el país a los primeros años de la década de los 60 del siglo XX; entonces, los homicidios estaban por debajo de 9.000. Pero la reaparición de las drogas, como el fentanilo, y la violencia ambiental, empujaron de nuevo la delincuencia.
2020, con los disturbios causados por la muerte del delincuente George Floyd a manos de unos policías y el surgimiento del movimiento racista del Black Lives Matter, impulsado por el partido demócrata, más la irrupción de la pandemia y la celebración de las elecciones, registró más de 22.500 homicidios, cifra no vista desde los años 90. En 2022, la cantidad empezó a bajar, con menos de 21.800 muertes; y en 2023, el último año con datos del FBI, cayó a menos de 20.000. Tanto 2024 como los primeros meses de 2025 muestran la misma tendencia. Según cálculos privados, en 2024 la tasa de homicidios podía ser de 4,97, inferior a 5 por 100.000 habitantes por primera vez en casi una década.
En 2025, con Trump de vuelta al Gobierno, la delincuencia ha menguado tanto que la Casa Blanca ha presumido de ello.
En Nueva York, donde se comenten más asesinatos al año que en toda España, la tasa de homicidios en los cinco primeros meses de este año ha caído un 28,2%. Los 112 homicidios perpetrados en la ciudad en ese periodo suponen una disminución de un 34,1 % con respecto a 2023; un 41,4 % menos en comparación con 2010; y nada menos que un desplome del 85,7% respecto a enero y mayo de 1993, cuando la epidemia de crack asoló la ciudad.
El gobierno local de Filadelfia comunicó que los asesinatos han retrocedido un 14,7% en lo que va de este año. En otras ciudades tradicionalmente violentas, y con alcaldes demócratas, el descenso ha sido mayor: Chicago, un 23% menos; Baltimore, un 24% menos; y Nueva Orleans un 25% menos.
Junto a medidas aplicadas por los alcaldes por presión de sus vecinos, también hay factores nacionales. La Casa Blanca atribuye los descensos a sus políticas de deportación de inmigrantes ilegales, el control de las fronteras del país, el apoyo a la Policía y las declaraciones de Trump y sus ministros contra los jueces blandos o comprensivos con los delincuentes.
En España, por el contrario, el ministro de Interior desmantela la unidad de la Guardia Civil dedicada a perseguir el narcotráfico en el Estrecho, Salvamento Marítimo hace de taxi para los inmigrantes ilegales y varios militantes socialistas en campañas de difamación contra policías y jueces que investigan las denuncias de supuestos delitos cometidos por la familia Sánchez o por ministros.