«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Tienen que recurrir al gas natural

La falta de sol y de viento dispara el precio de la electricidad en España y Alemania

Varios aerogeneradores. Europa Press

Las energías renovables no son tan buenas para los europeos como las presentan los políticos adictos a la transición verde y las empresas que la promueven. De nuevo se demuestra que cuando el sol y el viento desaparecen, los suministradores deben recurrir a las maldecidas energías no renovables para evitar los apagones que sufren los cubanos. Y la consecuencia es el encarecimiento de la factura para los ciudadanos. Está pasando en España, en Alemania, en Dinamarca…

En julio, la consultora Ember, dedicada a acelerar la descarbonización de las economías europeas mediante el uso de datos y a ofrecerlos a las empresas y los gobiernos, difundió un informe según el cual durante el primer semestre de este año las instalaciones de energía solar y eólica generaron en la UE más electricidad que todos los combustibles fósiles (fundamentalmente, carbón y gas natural) juntos. ¡Qué felicidad!

Pero desde de noviembre, el viento ha dejado de soplar y el sol brilla con menos intensidad y menos tiempo, fenómeno que en alemán se llama «dunkelflaute». A la vez, el consumo eléctrico sube debido al frío. En cualquier mercado, menos oferta y más demanda causan una subida de precio; también en el eléctrico. Varios países europeos se enfrentan a unos precios de la energía similares a los de diciembre de 2022, que marcaron el pico durante la crisis energética desencadenada por la guerra de Ucrania.

Este miércoles en España la eólica sólo generó un 8% del total de la energía eléctrica y la solar un 10%, cuando la potencia de la solar fotovoltaica y la eólica suponen en torno al 48% de los 130.000 MW instalados. Así, las empresas generadoras tienen que recurrir a las energías no renovables. La principal de éstas es el gas natural, que se está quemando desde España a Moldavia.

Los alemanes, obsesionados con la descarbonización, además han tenido que extraer y quemar contaminante carbón. Si no fuera por este mineral negro y sucio, la industria germana tendría que cerrar y los hogares estarían ateridos. España, donde no sólo se están cerrando las centrales térmicas, sino destruyéndolas, todavía puede volcar en el sistema eléctrico la energía generada por sus siete reactores supervivientes.

Para varios países europeos, como España, Alemania, Italia, Austria, Irlanda y Holanda, el gas se ha convertido en su primera fuente energética. Pero la factura eléctrica se está encareciendo al comprar gas natural, que proviene mediante gasoductos y buques metaneros de Noruega, Estados Unidos, Catar Argelia, Azerbaiyán y hasta Rusia a pesar de las sanciones por la invasión de Ucrania. En España se ha pasado de precios minúsculos en marzo y abril a pagar en los últimos días en torno a 150 €/MWh. En Alemania, los precios intradía entre las 2 y las 3 de la tarde del miércoles superaron los 800 euros por MWh. Otro factor de inflación y empobrecimiento.

Aparte del coste económico hay otro que podríamos llamar «moral». Al quemar más gas natural y más carbón también aumentan las emisiones de CO2, el monstruo de los ecologistas y los «calentólogos» y para cuya disminución se ha montado el timo de las renovables.

La naturaleza vuelve a demostrar las debilidades de las placas solares y los aerogeneradores, pero los gobernantes se niegan a rectificar sus planes.

En Alemania una parte de la sociedad reclama la recuperación de las tres últimas centrales nucleares que el Gobierno de izquierdas cerró en abril de 2023. En España, los gobiernos del PP y el PSOE ya han desconectado de la red dos centrales nucleares, la de Zorita y la de Garoña. La siguiente en cerrar será la de Almaraz, cuyo primer reactor de desconectará el 1 de noviembre de 2027 y el segundo el 31 de octubre de 2028. La ministra española que ha dirigido este suicidio, Teresa Ribera, fue cabeza de lista del PSOE en las elecciones europeas y recibió más de cinco millones de votos; ahora es vicepresidenta de la Comisión Europea gracias al acuerdo de los socialistas, los populares y los liberales.

+ en
Fondo newsletter