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todo apunta a un gobierno de wilders o una repetición electoral

Las claves de las elecciones en Países Bajos: resultados, partidos y opciones de Gobierno

El líder de PVV, Geert Wilders. Europa Press

El Partido de la Libertad, liderado por Geert Wilders, ha ganado las elecciones en Países Bajos con el mejor resultado electoral de un partido político neerlandés desde 2012. Esta sorpresa mayúscula para todos los analistas y encuestadoras se ha concretado, por ejemplo, en la victoria de Wilders en Rotterdam, tradicional ciudad de tendencia izquierdista. El del pasado miércoles fue, por tanto, el peor resultado de la izquierda neerlandesa desde la segunda guerra mundial, puesto que el amplio espectro que incluye a los liberales de Volt y D66, así como a los socialistas radicales de SP, sólo ha alcanzado el 32% de los votos.

El panorama político neerlandés no es sencillo, en cualquier caso. Con un número elevado de partidos distintos y volátiles, un total de quince formaciones van a conformar el recién elegido parlamento bicameral. Con una importante característica: la composición del Senado, elegido a principios de este año y necesario para legislar, es radicalmente diferente a la del Parlamento. La mayoría campesina del Senado solo crea más problemas en lo que probablemente va a ser una formación de Gobierno complicada. 

El Fracaso del Gobierno centrista

El cuarto gobierno de Mark Rutte se formó en 2021 con el apoyo del Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD), los democristianos de CDA y CU y los centroizquierdistas liberales de D66. El Gobierno aspiraba a traer gobernabilidad, claro, a los Países Bajos y aislar a los extremistas de ambos espectros. El éxito de la fórmula lo conocimos el miércoles: los cuatro partidos que conformaron el Gobierno han pasado de un total de 78 diputados a 42, perdiendo casi la mitad de sus representantes y votantes en apenas dos años en el Ejecutivo.

Una caída que se debe a una triple crisis: la económica, puesto que los Países Bajos llevan sufriendo una inflación relativamente alta como consecuencia de la pandemia y de las sanciones a Rusia —sanciones a las que el partido de Wilders se opuso—. Por otro lado, la crisis europea: Bruselas impuso controles de nitrógeno a los Países Bajos y el Gobierno los acató, perjudicando al sector agrario —y propiciando el auge del partido agrario BBB—. El tercer motivo, la crisis migratoria: el auge del PVV de Wilders se debe en gran medida al estrepitoso fracaso del Gobierno de Rutte lidiando con la inmigración. 

Los populares de VVD defendieron un plan para limitar el número de familiares de refugiados que los Países Bajos aceptarían, como medida para reducir el número de solicitudes de asilo que recibe el país. Sin embargo, sus socios izquierdistas de D66 y el partido democristiano CU se opusieron a la medida y a reducir el número de inmigrantes en general. El colapso del Gobierno y la convocatoria de elecciones anticipadas respondió precisamente a la incapacidad de alcanzar un acuerdo en este tema.

Los nuevos partidos

En este escenario caótico de partidos y alianzas, el nuevo Parlamento va a estar marcado por el auge de dos nuevas formaciones: el Nuevo Contrato Social (NSC) y el BBB. Las dos han surgido en respuesta a los fracasos del Gobierno y con total seguridad jugarán un papel clave en la formación del nuevo Gabinete. Fundado este mismo año, NSC es el partido del democristiano Pieter Omtzigt, y escisión del partido de gobierno CDA —que ha pasado de 15 a cinco escaños en estas elecciones—. Este nuevo partido es ahora, sin embargo, la cuarta fuerza política del país, con 20 escaños.

BBB, en cambio, no es técnicamente un partido nuevo, pero su éxito sí implica cierta novedad: la formación se presentó a las elecciones de 2021 y obtuvo un escaño, el de Caroline Van der Plas. La cuestión del nitrógeno, sin embargo, les ha permitido crecer bastante este año, obtenido 7 escaños en el Parlamento y manteniéndose como primera fuerza del Senado con 16 representantes.

La formación de Gobierno

Pese a haber ganado, Wilders no lo tiene fácil para gobernar. La única opción realista pasa por formar un Gobierno de coalición con VVD, NSC y BBB —este último necesario en el Senado—. Esta fórmula daría a Wilders una mayoría amplia en el Parlamento (con 88 diputados) y, aunque no sumaría la mayoría necesaria en el Senado, sí estaría lo suficientemente cerca como para poder gobernar con el apoyo de los partidos minoritarios de derechas. Esta probable coalición, no obstante, encierra un problema: VVD y NSC no parecen estar dispuestos a aceptar a Wilders como primer ministro. 

La candidata de origen turco de VVD, Yesilgoz, apuntó durante la campaña que esta fórmula podría funcionar, pero su objetivo pasaba por formarla con ella a la cabeza. Alejada Yesilgoz de liderar el Gabinete, ya ha indicado que no quiere ser socio menor de un gobierno liderado por el PVV. Y el otro partido de la suma, NSC, parece oponerse aún más a esta opción, argumentando que el programa del PVV contiene puntos inconstitucionales. Wilders tiene posibilidad de llegar a un acuerdo, pero no va a ser fácil.

La única alternativa al Gobierno de Wilders pasaría por repetir un nuevo Gobierno de centro, pero conformado por distintos partidos políticos. La coalición electoral de los verdes y socialdemócratas liderada por el burócrata Frans Timmermans (GL-PvdA), ha sido la única candidatura de la izquierda en crecer. La oposición tendría en Timmermans la única posibilidad de evitar un Gobierno de Wilders, aunando en coalición a VVD, NSC y D66.

Esta opción, sin embargo, es incluso más improbable que la de un Gobierno de PVV. La experiencia reciente del cuarto Gobierno de Rutte ha alejado a los partidos del centroizquierda y los del centroderecha. Por otro lado, mientras que el 61% de los votantes prefieren un pacto PVV-VVD-NSC-BBB — según una encuesta de EeVendang—, solo un 27% apoyarían la opción de un Gobierno de centro. Una coalición que vería prácticamente imposible aunar las mayorías necesarias en el Senado.

Con toda esta inestabilidad, la única opción que parece realista es un Gobierno soberanista de Wilders, apoyado por el centroderecha. Es lo que quieren los votantes. La decisión ahora está en manos de los populares de VVD y los democristianos de NSC, que decidirán si aceptar formar parte de un Gobierno conservador o si prefieren llevar al país a unas nuevas elecciones.

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