Cuando poco más de uno de cada diez votantes ve bien uno de tus proyectos políticos centrales, deberías reflexionar profundamente como líder político en una democracia. Pero así son las cosas en esta mágica estructura llamada Unión Europea, donde se puede sermonear a medio planeta sobre «calidad democrática» sin el engorro de tener que hacer caso a lo que quiere la gente.
Nos referimos, en este caso, al descontrol de las fronteras en el club europeo, un propósito sostenido y deliberado que, hasta la fecha, ha traído infinidad de problemas, cada día más acuciantes, sin proporcionar una sola ventaja tangible a los pueblos de Europa.
Sólo un 16% de los europeos considera «positiva» la política migratoria de Bruselas. Una encuesta reciente de Euronews realizada por Ipsos en 18 estados miembros de la Unión Europea ha revelado una insatisfacción generalizada con la gestión de la inmigración ilegal por parte de Bruselas, y cada vez son más los ciudadanos que exigen controles fronterizos estrictos ante la invasión.
La encuesta, que abarca a casi 26.000 encuestados, indica que poco más de la mitad de los europeos tiene una percepción «negativa» de la política migratoria, en marcado contraste con el escaso 16% que lo ve positivamente. Otro 32% considera que el impacto no es «ni positivo ni negativo».
Las críticas a las políticas migratorias de la UE trascienden las divisiones demográficas y prevalecen en la mayoría de los países encuestados: Francia (62%), Austria (60%) y Hungría (58%) destacan como las naciones más críticas, mientras que Dinamarca (26%), Rumania (27%) y Finlandia (32%) expresan niveles relativamente más bajos de desaprobación.
En medio de los crecientes desafíos migratorios, incluido un récord de 1,14 millones de solicitudes de asilo en 2023, los encuestados se inclinan abrumadoramente (71%) por priorizar controles fronterizos más estrictos para combatir la inmigración ilegal. Este sentimiento es particularmente pronunciado en países como Polonia (86%), Bulgaria (83%) y Finlandia (83%).
Sin embargo, una minoría notable (28%) aboga por una «política de acogida de inmigrantes en nombre de valores humanistas», siendo España (41%) e Italia (39%) los más receptivos a este enfoque, lo que refleja su estatus de primera línea en las rutas migratorias.
Los hallazgos de la encuesta subrayan la urgencia de que los responsables políticos de Bruselas aborden el descontento público e implementen medidas efectivas para gestionar los flujos migratorios en consonancia tanto con los principios humanitarios como con los imperativos de seguridad fronteriza.
