El presidente de Colombia, Gustavo Petro, dijo el viernes desde Cali (suroeste) que si sus reformas no terminan siendo aprobadas por el Congreso y las instituciones del país se dan a la tarea de «rodearlo», lo procedente es convocar a una Asamblea Nacional Constituyente.
«En mi Gobierno estamos abiertos al diálogo, pero sin ingenuidad. Si la posibilidad de un Gobierno elegido popularmente no puede aplicar la Constitución porque lo rodean para no aplicarlo, entonces Colombia tiene que ir a una Asamblea Nacional Constituyente. Colombia no tiene que arrodillarse, el triunfo de 2022 se respeta y la Asamblea debe transformar las instituciones para que le obedezcan al pueblo su mandato de paz», señaló el mandatario colombiano, de acuerdo a información recogida por el periódico local El Espectador.
La radicalización del discurso del jefe de Estado llega en un momento en el que la nación sudamericana ha dado paso al nombramiento de una nueva fiscal general, la abogado Luz Adriana Camargo, quien esta misma semana sostuvo un encuentro con el presidente. En dicha reunión Petro emplazó a Camargo a «abstenerse» de «utilizar su poder para perseguir a ciudadanos por motivos políticos».
Los meses precedentes han estado signados por una abierta confrontación entre el antiguo fiscal de la nación Francisco Barbosa y Petro. La Fiscalía General se ha convertido en un órgano fundamental en las investigaciones que se adelantan en medio de varios escándalos surgidos en el Estado colombiano desde que el exguerrillero arribó al poder, en agosto de 2022. La más importante de ellas involucra a su propio hijo, Nicolás, en una averiguación sobre el origen del dinero que financió la campaña presidencial del oficialista Pacto Histórico.
Durante su discurso en Cali Petro insistió en que, durante su gestión al frente de la Fiscalía, Barbosa insistió reiteradamente en llevarlo a la cárcel. «Es que lo vamos a meter preso, es lo que me decía Barbosa», aseveró.
De igual modo el mandatario puso en relieve lo que ahora considera una «ingenuidad», refiriéndose a la intención de buscar construir un Ejecutivo con distintos partidos de la vida política colombiana, que eventualmente terminaron alejándose de la coalición gobernante e incluso han asumido directamente una postura opositora.
«Construí primero un gobierno plural, lo hice ingenuamente, pensando que fuerzas que no habían triunfado se podían sumar. Pero no nos querían, estaban ahí para aprovechar el puesto. Se armó la coalición para frenar el Gobierno del cambio, se les propuso un acuerdo nacional no solo para el gobierno, sino para la sociedad colombiana, para que los que se han matado entre sí se hablaran», afirmó.
La inspiración chavista
La propuesta de Petro no hace sino encender las alarmas en la sociedad colombiana. Tanto más si se tiene en consideración que la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente fue la herramienta utilizada por el fallecido Hugo Chávez para demoler el tejido institucional en Venezuela, por allá por el año 1999.
Tras la entrada en el escenario de este recurso, que además el chavismo manipuló a través del sistema electoral para estar sobrerrepresentado en la Asamblea, comenzó el derrumbe de la precaria democracia que para entonces existía en el país caribeño, a través de la reescritura de la Carta Magna de los venezolanos. Posteriormente esta posibilitó la justificación de una cantidad de desafueros que dieron paso a la omnipotencia de Chávez en el poder hasta su muerte en 2013.
La Constituyente como instrumento para demoler los cimientos de la institucionalidad democrática ha sido un recurso frecuentemente utilizado en la región por líderes de izquierda alineados en torno al Foro de Sao Paulo. Por ejemplo, la idea chavista de «comenzar de cero» y componer las reglas del juego a conveniencia también fue puesta en práctica en su momento por el líder cocalero y varias veces presidente de Bolivia Evo Morales, quien en 2006 también emuló a Chávez.
