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Prigozhin asegura que continuará sus operaciones y busca nuevos clientes

El grupo Wagner confirma que mantendrá sus posiciones en África

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Yevgeni Prigozhin, líder del grupo mercenario Wagner, ha asegurado que el ejército privado continuará con sus operaciones en África: «seguiremos trabajando en todos los países donde empezamos o estamos llevando esa labor de cooperación y desarrollo». Tras el fallido motín de Wagner a finales del mes pasado, varias informaciones apuntaban a un posible repliegue del grupo de combate a Europa y al abandono de sus posiciones en el continente africano, específicamente en países inestables como Malí o la República Centroafricana.

Sin embargo, Prigozhin confirmó que las operaciones en África del grupo que lidera «no se han reducido ni se reducirán» en el futuro. El líder mercenario se dirigió a sus potenciales clientes y aseguró que «si se necesita la asistencia del grupo Wagner en cualquier lugar para combatir a las bandas y terroristas y para proteger los intereses de la gente en estos países, estamos dispuestos para cumplir esta tarea después de acordar las condiciones».

De hecho, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ya anunció pocos días después de la fallida rebelión que el grupo mercenario continuaría sus operaciones en África. El grupo de combate «propone sus servicios para asegurar la soberanía de los Estados y proteger a las gentes de África contra los militantes y los terroristas», según el último cartel publicitario de Wagner, compartido en sus redes sociales.

La confirmación de Wagner de su permanencia en África llega en un momento delicado: el 20 de julio, los 13.000 soldados que varios países mantienen desplegados en el contexto de la misión de la ONU cesaron sus actividades conforme a lo acordado con el gobierno de Malí y comenzaron a desmantelar la operación, que abandonará definitivamente el país el 31 de diciembre de 2023. El Consejo de Seguridad de la ONU puso fin a la misión de los cascos azules tras la petición de las autoridades militares de Malí.

Estados Unidos, uno de los países que más soldados tiene desplegados en el extranjero, lamentó «profundamente la decisión», «que causará (daño) a los malienses». Por su parte, Rusia prometió «un apoyo sin reservas» al país. Para el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, la decisión es prematura: de hecho, varios países de la región africana habían pedido reforzar la misión «preocupados por la expansión de los grupos extremistas» y «el riesgo de propagación de la inestabilidad». Las autoridades de Malí, sin embargo, aseguran que han logrado «resultados tangibles» y lamentaron «que el Consejo de Seguridad siga considerando la situación como una amenaza a la seguridad internacional».

La misión de Naciones Unidas en Malí se creó en 2013 para estabilizar un país en pie de guerra por la influencia yihadista. Las relaciones entre Malí y la misión y la ONU comenzaron a erosionarse tras el golpe de Estado de 2020 y la llegada de los militares al poder. Además, algunos países participantes en la misión internacional retiraron a sus tropas después de que los ataques se multiplicaran: 174 soldados han muerto desde que se inició. En Malí, Francia ha sido muy criticada y su conducta ha sido tachada como neocolonialista: de hecho, en los últimos años varias naciones han decidido expulsar a sus representantes o endurecer sus relaciones con su antigua metrópoli.

Los 13.000 efectivos dejarán diez bases militares, que la ONU teme que Wagner ocupe. El grupo mercenario ruso combate en Malí contra los grupos terroristas, pero son la punta de lanza de la influencia rusa en África y luchan por sus intereses comerciales. Además, aunque hayan tenido vínculos con Rusia, no deja de ser un ejército privado conformado por soldados mercenarios, por lo que su propósito puede variar en cualquier momento y nadie garantiza que cumplan con los derechos humanos. Tras la rebelión de Wagner en Rusia, la ministra de Defensa de España, Margarita Robles, mostraba su preocupación por la situación de Mali, ya que temía la creciente influencia del grupo mercenario y de Rusia en el continente. Ahora, el abandono de la ONU de sus operaciones de cooperación y desarrollo deja todavía más espacio libre, por lo que sólo se puede esperar que el dominio de Wagner y Rusia sobre África se afiance todavía más.

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