«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
el país intermediario será probablemente Noruega

Israel aprueba que un tercer país gestione los impuestos que recauda para la Autoridad Palestina

El Secretario de Estado norteamericano Antony Blinken saluda a Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí. Europa Press.

El gabinete de seguridad israelí ha decidido finalmente este domingo que un tercer país, probablemente Noruega, se encargue de gestionar los fondos procedentes de los impuestos que Israel recauda para la Autoridad Palestina, ahora mismo congelados en parte por la negativa del Gobierno palestino a aceptarlos en su totalidad porque las autoridades israelíes se niegan a entregar la porción correspondiente a Gaza.

Sin embargo, y tras su decisión de este domingo, el Gobierno israelí quiere puntualizar que solo ha admitido que este tercer país gestione los mencionados fondos, que solo pueden ser entregados a la Autoridad Palestina con el consentimiento previo de Israel, que desde los años 90 lleva encargándose de recaudar los impuestos para el Gobierno palestino, un tema que ha causado enormes fricciones.

La medida ha contado con el rechazo de algunos ministros del Gobierno israelí, como Itamar Ben Gvir, convencidos de que la Autoridad Palestina entregará parte del dinero, si lo recibe, a las autoridades de Hamás en la Franja de Gaza y que ese montante servirá de auxilio en la guerra de las milicias palestinas contra Israel.

En su comunicado, recogido por el ‘Times of Israel’, la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, asegura que Estados Unidos y Noruega, garantes del acuerdo «respetan la decisión del gabinete de seguridad de congelar los fondos a la Autoridad Palestina destinados a Gaza» y coinciden en que «el dinero no será entregado bajo ninguna circunstancia sin la aprobación única del Ministerio de Finanzas de Israel» que dirige Bezalel Smotrich.

Ben Gvir ya ha expresado su rechazo a esta decisión en público a través de un mensaje en su cuenta de Twitter, donde acusa al primer ministro de «mover constantemente líneas rojas, bien admitiendo la entrada de combustible en Gaza, bien canjeando ayuda humanitaria y ahora tomando una decisión que no garantiza que los nazis de Gaza», en referencia a Hamás, «acaben recibiendo dinero».

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