España entera sobrecogida ante una muerte sin sentido sobre la que todavía hay demasiadas lagunas -¿por qué?, ¿cómo?-, y un deseo casi unánime: que se haga justicia.
Han encontrado a Gabriel. Han encontrado el cuerpo sin vida de un niño inocente, víctima de lo peor del ser humano. España entera sobrecogida ante una muerte sin sentido sobre la que todavía hay demasiadas lagunas -¿por qué?, ¿cómo?-, y un deseo casi unánime: que se haga justicia.
Casi unánime, decimos, porque este jueves el Congreso de los Diputados acogerá un debate parlamentario tras el que puede quedar derogada la única ley que debemos agradecerle al Partido Popular en cuatro años de mayoría absoluta.
El Gobierno aumenta el número de delitos con prisión permanente
A propuesta del PNV y con los votos a favor de Podemos y el PSOE, la prisión permanente revisable podría quedar eliminada del Código Penal. Fue en octubre de 2017 cuando los del PNV propusieron derogar esta figura legal que ya se ha aplicado al parricida David Oubel, condenado por asesinar a sus dos hijas con una radial. Los nacionalistas vascos creen que esta pena no es “ni idónea ni proporcional” y señalan que no fue “demandada por nadie y que su aplicación erosiona los principios de reinserción de los encarcelados”.
Pues hay quien sí la demanda. La demandan los padres de Diana Quer; también los de Mariluz Cortés, los de Marta del Castillo, la madre de las niñas brutalmente asesinadas por su padre y, seguramente desde hoy, también los padres del ‘pescaíto’ Gabriel. Y la demanda una sociedad sobrecogida por la dimensión humana del mal. A la espera de que se confirmen informaciones sobre el pasado de Ana Julia -se hace pública su relación con la muerte de otra menor en Burgos-, la realidad es que la única detenida por la muerte de Gabriel podría acabar siendo condenada a esta figura penal de prisión permanente si los políticos no se encargan de evitarlo.
Diana, Marta, José… ¿De verdad no merecen sus asesinos la cadena perpetua?
Hoy, además de unirnos al dolor de toda la España de bien y de enviar nuestro más profundo abrazo a la familia del pequeño, sólo podemos gritar ‘sí’ a la prisión permanente revisable y a la firmeza de nuestro sistema judicial y enviar una sentida felicitación a la Guardia Civil y, en general, a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Este domingo los agentes de la Benemérita que detuvieron a Ana Julia se abrazaban con lágrimas en los ojos.
No han podido devolver con vida a Gabriel, pero sí poner fin a una incógnita y dar, dentro de la inmensidad de la tragedia, alguna respuesta a unos padres desesperados. Larga vida a la Guardia Civil. Gabriel, descansa en paz.
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