Y aquí estamos, una buena mañana de domingo, respondiendo otra vez a lo de ‘ultra’, que está el diario Público ‘indignado’ con La Gaceta
#13Rosas. Es la etiqueta de la red social Twitter que este sábado se convertía en tendencia en España para recordar a las 13 mujeres de las Juventudes Socialistas Unificadas (la versión más radical del PCE y partícipe en multitud de asesinatos) fusiladas en 1939 por el régimen de Franco.
Y esa misma etiqueta era la empleada por el blog de Público Tremending Topic para denunciar el «indignante artículo de La Gaceta que llama terroristas a las 13 rosas’: “Un vergonzoso artículo publicado hoy en el diario ultra La Gaceta -señala Público- califica de terroristas a las 13 rosas en el 78 aniversario de su fusilamiento». «El artículo (…) asegura que los homenajes en esta fecha son una muestra de la corrección política impuesta desde la izquierda”, añade el texto del digital dirigido por Ana Pardo.
Y aquí estamos, una buena mañana de domingo, respondiendo otra vez a lo de ‘ultra’. Estamos a un paso de poner una de esas grabaciones automáticas: ‘Para lo de ultra, pulse 1’. ‘Si quiere llamar facha a La Gaceta, pulse 2′. Pero mientras lo perfilamos, aquí vamos. Y vamos por partes.
Lo que dice La Gaceta: el artículo que el historiador Juan E. Pflüger firma en La Gaceta repasa la historia más desconocida (desconocida no por error, sino por el denodado esfuerzo de la izquierda en presentar como víctimas inocentes a quienes fueron miembros activos de las sanguinarias JSU) de las mujeres fusiladas. ¿Quiénes eran las 13 Rosas? ¿Por qué se aplicó la pena de muerte que pesaba sobre ellas? Las preguntas claves del periodismo, el quién, qué, cómo, cuándo y por qué de las que Público parece haberse olvidado. «Las JSU habían tenido una destacada participación en la represión republicana en Madrid durante la Guerra Civil. No en vano, esta organización política controlaba y dirigía directamente cinco checas donde se torturó y asesinó a cientos de personas. Está perfectamente documentado en los papeles del PCE que bajo control de su organización juvenil se encontraban las checas de Mendizábal 24, la de la calle Raimundo Lulio, la de Santa Isabel 46, la del Convento de las Pastoras de Chamartín y la de la calle Granda 4. Además, participaron en la acción represiva de varias otras cárceles de partidos políticos y tuvieron un papel destacado en las sacas cometidas para asesinar a miles de presos sin mediar juicio alguno». Sigamos.
Los autores de la noticia-denuncia añaden a su texto -entendemos que con la intención de desautorizar a nuestro diario- el siguiente comentario de un internauta: “Los que tildan de terroristas a las #13Rosas son los mismos que llaman asesino al abuelo de Pablo Iglesias y [a los] que la justicia acaba de condenar”. Vamos con eso.
Más allá del juicio sumarísimo de Público no pesa sobre La Gaceta condena, ni tan siquiera denuncia alguna, referida a la información publicada sobre el abuelo de Pablo Iglesias -juzgado por participar en sacas-. Ahí está la información, ahí están los documentos históricos y, repetimos, no hay condena -ni denuncia- alguna.
Volviendo a las 13 Rosas encontrarán, amigos de Público, un imprescindible resumen de cómo vemos esta cuestión en esta pieza de José Javier Esparza. “Nada en este episodio es rosa, ni en un lado ni en el otro. La represión de posguerra es respuesta directa a la de la guerra, como ocurre en todas las guerras civiles que en el mundo han sido. Reconstruir el episodio como si fuera una película de buenos y malos es un infantil ejercicio de estupidez”.
Disfrútenla entera y entiendan que si ser ‘ultra’ quiere decir negarse a reescribir la Historia a gusto del consumidor (del consumidor de izquierdas), lo somos. Si ser ‘ultra’ es negar la versión sesgada que de la Guerra Civil quiere imponer la corrección política, esa que cree que todos los republicanos fueron héroes y todos los nacionales villanos, somos ultras. Porque sí, nos negamos a mentirnos y, sobre todo, nos negamos a mentir a nuestros lectores.
Sobre las «manipulaciones» de las que acusan a La Gaceta -seguimos para Bingo- decimos lo siguiente: Siempre que este diario ha detectado un error en alguna información -que los hemos cometido, sí, aquí nos tienen para fustigarnos cuanto quieran- ha pedido disculpas, rectificado y corregido el fallo.
Y por cierto, y por último, amigos de Público. La próxima vez que tengan la tentación de erigirse en árbitros de la indignación popular, revisen antes su casa. Porque esto suyo, esto de bromear con el asesinato de un ser humano (aunque para ustedes Carrero Blanco no aplique, por facha, como ser humano, lo era) no es que sea indignante, es que es indigno.
Señores de Público: lecciones de Periodismo, ni una. De moral, tampoco.
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