El descalabro electoral del Partido Popular en Cataluña no supone ninguna sorpresa. Años de inacción frente al separatismo han terminado pasando factura a Rajoy.
Aunque en los despachos de Génova, 13 quieran maquillar el fracaso electoral en Cataluña y centren sus esfuerzos en atacar a Ciudadanos, teóricos socios contra el independentismo, la realidad es que esta derrota sólo es la consecuencia de años de inacción frente al secesionismo que se completaron con una aplicación tibia del artículo 155 y con declaraciones de ciertos dirigentes que negaban el adoctrinamiento que tenía lugar en la región.
Mariano Rajoy situó Cataluña en el centro de sus prioridades en 2011 y colocó a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, al frente del equipo que debía tratar con los líderes nacionalistas. Sin embargo, los populares no aprovecharon su mayoría absoluta y el asunto catalán quedó a un lado en un Ejecutivo únicamente centrado en la tan traída «recuperación económica».
Lo cierto es que en sólo dos años, el PP ha pasado de 11 diputados a cuatro y de 349.000 votos a 184.000. A la pérdida de los valores morales que vertebran el partido se unió el sentimiento de que la gente de la formación en Cataluña no pintaba absolutamente nada. La opinión de Albiol, Millo o Arza no fue tenida en cuenta por Sáenz de Santamaría, que siempre creyó que el llamado procés se iba a solucionar con más dinero.
‘No soy una criatura de segunda’
Hasta ayer, el nombre de Anna Muzychuk únicamente resultaba familiar a los amantes del ajedrez. La deportista ucraniana se ha negado a competir en Arabia Saudí, donde se jugaba revalidar su doble corona mundial, por entender que la dictadura islámica no respeta los derechos de las mujeres.
La campeona mundial de ajedrez no irá a Riad: 'No soy alguien de segunda'
El Campeonato del Mundo de Ajedrez Rápido y Relámpago Rey Salman de la Paz y la Amistad en Riad está provocando un alud de reacciones debido a las opresoras leyes del país arábigo amparadas en la sharia, la misma ley que utiliza el Estado Islámico para justificar sus atrocidades.
«No quiero ser considerada una criatura de segunda. No lo acepto», explicó Muzychuk, que destapó el doble juego que las instituciones internacionales mantienen con Arabia Saudí. El respeto a los Derechos Humanos es nulo en Riad, las mujeres viven presas de sus maridos y cada año se baten récords de ejecuciones públicas, pero el régimen islámico mantiene un puesto de honor en la comisión de la ONU en esta materia.
En el siglo XIX, Alejandro Dumas aconsejó «no estimar el dinero en más ni en menos de lo que vale, porque es un buen siervo y un mal amo». Más le valdría a algún político de la ONU tomar ejemplo del escritor francés.