«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Las buenas noticias

Empecemos por las buenas noticias: el número de parados disminuyó en 471.000 personas en 2017, hasta los 3,76 millones de personas, lo que dejó a finales del pasado año la tasa de paro en el 16,55 %.

El paro bajó en 471.100 personas en 2017, hasta cifras de 2008


Son unas cifras positivas -no se registraban en el mercado laboral español desde 2008- y deben producirnos alegría pero, eso sí, sin olvidar el problema -grave problema- de la precariedad laboral y la imposibilidad de muchos de consolidar un proyecto personal o familiar porque, literalmente, son pobres a pesar de trabajar. Queda mucho por hacer todavía.

Corrupción

Y ahora, el bombazo de ayer. La confesión de Ricardo Costa, el enfado sereno de Francisco Camps, el no sabe-no contesta de Mariano Rajoy… y, al final, una única conclusión clara: El Partido Popular (como el PSOE, el PNV o la antigua Convergencia) tiene un grave problema con la corrupción.

La factura de la corrupción: Los Gürtel, ERE o Palau que pagamos todos


Si bien son los tribunales los encargados de determinar qué grado de responsabilidad penal tiene cada quien, lo que está claro es que es responsabilidad de los líderes políticos combatir un mal endémico que mina la confianza de los ciudadanos en las instituciones que deberían representarlos dignamente.
Pensemos, por ejemplo, en Mariano Rajoy. Decía ayer no saber nada de la presunta financiación ilegal del PP valenciano. Nadie nos dijo nada, explicaba. Un presidente especialista en no enterarse de lo que ocurre a su alrededor…:  No sabía nada sobre la corrupción en Valencia. Tampoco nada de los donativos de empresarios al partido, ni de los sobresueldos que Luis Bárcenas apuntó a su nombre entre 1990 y 2004. Ni de las actividades del exalcalde de Pozuelo y marido de Ana Mato, entonces ministra de Sanidad, confirmadas por Anticorrupción ( “cobros en efectivo y en especie”)… Mariano Rajoy nunca sabe nada.

Rajoy, el presidente que nunca sabe nada


Como tampoco sabrían, seguramente, los dirigentes del caso Palau, del de los ERE y de tantos casos que salpican a diestra y siniestra.
Mírenlo por el lado bueno; queda demostrado que la incapacidad para ver qué pasa a tu alrededor no es obstáculo para llegar lejos en la vida. Nada más y nada menos que a presidente del Gobierno.

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