El presidente Pedro Sánchez quiere utilizar al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, para censurar las informaciones que le perjudiquen antes de las elecciones europeas. El pasado lunes, Marlaska presidió la reunión para activar la Red de Coordinación para la Seguridad en Procesos Electorales. Este mecanismo se utiliza antes de los comicios europeos, y su finalidad es «garantizar la seguridad» frente a «las amenazas sobre las comunicaciones y los sistemas informáticos».
La red se implementó en 2019 y sigue las recomendaciones de la Unión Europea para salvaguardar el derecho al voto de los ciudadanos. Sin embargo, en esta ocasión, Sánchez ha ordenado a Interior incluir entre sus deberes la lucha contra «la desinformación». Además, esta función se realizará por vía administrativa, es decir, política. No se recurrirá a la vía judicial como debe suceder en estos casos.
La red, de hecho, está formada por organismos políticos y afines o dependientes de Sánchez. Entre ellos están la Junta Electoral Central; Presidencia del Gobierno; los ministerios del Interior, Defensa, para la Transformación Digital y de la función Pública, y el de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. También son miembros de la red el Departamento de Seguridad Nacional; la Agencia Española de Protección de Datos; la Sociedad Estatal de Correos y Telégrafos; el Instituto Nacional de Estadística, y en esta ocasión se suma también la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.
Para Marlaska, por tanto, será fácil seguir con el plan de Sánchez anunciado el pasado lunes tras su amago de dimisión para censurar a medios no afines. Ya en la presentación del plan, el ministro afirmó que «debemos permanecer muy atentos» porque la experiencia demuestra que muchos agentes nacionales e internacionales «intentan interferir en nuestras democracias».
