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CON LA PARTICIPACIÓN DE ZAPATERO Y YOLANDA DÍAZ

El Grupo de Puebla alienta el regreso a Brasil del modelo de corrupción de Lula

Lula da Silva. Reuters

Este martes comenzó en Río de Janeiro una reunión del Grupo de Puebla en la que participan, entre muchos otros, los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero y Ernesto Samper Pizano, el exjefe de gabinete de Pablo Iglesias, Pablo Gentili, y la ministra de Trabajo de España, Yolanda Díaz.

Cabe preguntarse por qué el Grupo de Puebla decide sostener una reunión en Brasil. La respuesta es obvia: para impulsar la candidatura presidencial de Lula da Silva. Y asalta otra interrogante: por qué Lula habría de necesitar apoyo si supuestamente supera cómodamente a Bolsonaro en las encuestas.

La candidatura del expresidente Lula es producto de una conspiración en la que participan no solamente los sectores de izquierda dentro y fuera del Brasil, sino también otros grupos que desean desalojar a Bolsonaro del poder, porque el actual mandatario brasileño ha combatido la corrupción que los alimenta.

La alianza entre el Partido de los Trabajadores y estos otros factores de poder explica que los tribunales hayan librado a Lula de toda culpa por el caso Lava Jato, pese a que las evidencias de la corrupción son abrumadoras. 

El pueblo brasileño recuerda que durante el Gobierno de Lula campeaba la corrupción y la economía no tenía el mismo empuje que ha tenido durante la era de Bolsonaro, a pesar de que la pandemia del covid-19 impidió un mayor crecimiento.

«Los resultados positivos del PIB se situaron muy por encima de las proyecciones oficiales. Crecimos un 1,2 % solo en el primer trimestre. Significa una fuerte recuperación económica este año. La rápida recuperación proviene de la decisión del Gobierno de mantener los signos vitales de la economía durante la crisis», explicó el ministro de Economía, Paulo Guedes, en su cuenta de Twitter en junio pasado ()

Pero, tal como señaló la declaración final del Primer Encuentro de Foro Madrid realizado en Bogotá, se ha desatado una campaña de desprestigio «en contra del presidente del Brasil, Jair Bolsonaro, campaña que busca interferir en las próximas elecciones para entregarle el poder al Foro de São Paulo y regresar al modelo de corrupción que representa Lula da Silva».

Pues bien, la reunión del Grupo de Puebla en Río de Janeiro está enmarcada dentro de esta campaña. 

Es lamentable, no sorpresivo, que el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero haya participado en este encuentro para favorecer a Lula. Ya lo ha hecho con todos los dictadores comunistas de Iberoamérica cobrando presuntamente por ello, como trascendió en el caso de Maduro. Y es que la comunista Piedad Córdoba, en una entrevista al medio colombiano “Las dos orillas” en 2020, afirmó que Zapatero le dijo: “a todos nosotros nos dieron una mina de oro«.

En Río de Janeiro, Zapatero llamó a la izquierda a reconstruir una unidad política global, en la que la igualdad sea valor indispensable de la democracia. «Sin libertad no podemos pensar en igualdad y viceversa», dijo Zapatero. Descarada es lo menos que podríamos decir sobre tal declaración habida cuenta que los países en donde menos libertad y mayor desigualdad existe son Cuba, Nicaragua y Venezuela, cuyos regímenes él defiende abiertamente.

El pueblo brasileño debe hacer caso omiso de las encuestas manipuladas que hacen ver que Lula cuenta con el favoritismo mayoritario de los ciudadanos, al tiempo que debe dudar de las declaraciones del Grupo de Puebla en favor del Partido de los Trabajadores. Ambas son operaciones para imponer a Lula y regresar al modelo de corrupción existente en el pasado.

En Colombia, todo indica que el pueblo está sacudiéndose de la matriz de opinión impuesta, según la cual Gustavo Petro será el ganador de las elecciones presidenciales. Todavía hay chance de salvaguardar la democracia tanto en Colombia como en el Brasil.

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