La bandera gay y las letras PRIDE durante el llamado mes del “orgullo homosexual”. Esa es la portada de la cuenta de twitter de la vicepresidenta Harris, de los Estados Unidos, la mujer más poderosa del mundo cuya agenda es explícitamente ideológica.
Ese tema ocupa más lugar en su expresión en las redes sociales que otros asuntos que sí suponen vida o muerte, como el caos fronterizo causado por la llegada de cientos de miles de migrantes de Centroamérica, que entendieron que Joe Biden les iba a dar cabida en el sueño americano.
Biden atrajo el voto latino con varias promesas: primero, una reforma migratoria para legalizar migrantes indocumentados y obtener ciudadanía. Eso iba a beneficiar a 11 millones de personas. Segundo, reactivar el DACA, proteger a los dreamers, no deportarlos. Y tres, para los venezolanos, activar el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés).
Pero eso era en la campaña. Hoy, ya en la presidencia y habiéndose visto beneficiado por el voto latino, les manda decir a través de Kamala, que ya no vayan para Estados Unidos.
Pero también el propio Biden había dicho a los migrantes que no fueran ya a su país. Así. Directo. Lo dijo el 16 de marzo de 2021.
Y había que tomar en serio su advertencia, ya que la administración en la que fungió 8 años como vicepresidente, con Obama en la presidencia, deportó a cerca de 3 millones de indocumentados.
El 7 de junio, como antecedente de la visita de la principal pasajera del Air Force 2 a la frontera sur, durante un viaje a Guatemala, país al que fue primero que a ningún otro desde que llegó al gobierno, dijo a los migrantes que no vayan a Estados Unidos. No traten de entrar de forma ilegal. Porque es peligroso y más bien beneficia a los traficantes de personas. Que no son otros sino los cárteles de la droga, que han diversificado sus actividades.
El 8 de junio la descendiente de hindús y jamaiquinos visitó México, donde AMLO la recibió en el Palacio Nacional -donde vive- llamándola «Kabala», en lugar de Kamala, y presidenta, en lugar de vicepresidenta.
Tras ese encuentro la número 2 de Estados Unidos dijo: “La crisis en la frontera en una gran parte proviene de los problemas en estos países, no puedo decirlo con certeza, pero casi todas las personas no quieren irse de sus países y cuando lo hacen es porque huyen del peligro o no pueden satisfacer sus necesidades”.
La estadounidense hizo un diagnóstico de lo que ocurre en México en tres importantes renglones: migración, seguridad y economía.
Fue hasta el viernes 25 de junio cuando Kamala, tras muchas presiones políticas, se dignó visitar la frontera sur, donde se calcula han sido expulsados ya cerca de 200 mil migrantes, que no alcanzaron la clemencia que les pareció había prometido Biden en campaña.
Sólo en marzo de 2021 más de 104,000 inmigrantes han sido deportados. Y en junio, fueron arrestadas y devueltas 112.302 personas.
Kamala estuvo en El Paso, Texas, ciudad colindante con Ciudad Juárez, en Chihuahua, México. Se reunió con unas niñas detenidas.
La situación de los menores de edad ha preocupado mucho a la opinión pública desde hace meses. Porque si a Trump se le acusaba de tener a infantes en una suerte de jaulas, por ejemplo en Brownsville, Texas, el líder de MAGA contestaba, como lo hizo en los debates en la campaña, que quien las había construido había sido Obama.
Biden, sólo en mayo, arrestó a 14,158 menores de edad no acompañados.
Kamala visitó la entrada fronteriza llamada Paso del Norte, donde, ante el caos que reina en el lugar, no tardó en decir que la administración Biden había “heredado” una dura situación.
Añadió que en los 5 meses del nuevo gobierno, se han hecho progresos –sin especificar cuáles-, pero que aún había mucho por hacer.
La verdad de las cosas, es que Kamala debió haber sentido mucha presión ante el anunció de Donald Trump de visitar la frontera sur, donde, es de esperarse, señalará el caos que ahí impera, y por ello quiso adelantar su presencia en los puntos de entrada de migrantes.
El expresidente Trump estará visitando la frontera para revisar la gravedad del tema de inmigrantes esta misma semana, junto con un grupo de representantes republicanos y el gobernador de Texas.
Se espera que visite Rio Grande Valley en Texas, el miércoles 30 de junio, con Greg Abbott y varios congresistas de su partido.
“Los ilegales están invadiendo nuestras fronteras. Nadie ha visto nunca algo así. Nuestras pobres fronteras, eran tan perfectas. Fueron tan buenas”, dijo Trump en su reciente aparición en Ohio.
Así las cosas, es de verse cómo los demócratas son buenos para prometer beneficios a los inmigrantes cuando requieren el voto latino para ganar elecciones, pero igual de buenos para deportar, como el campeón deportador, Obama.
Biden prometió apoyos a migrantes, y las caravanas de centroamericanos no se hicieron esperar. Hoy él mismo, y Kamala, no quieren saber nada de los que claman por ayuda.