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Ya ocurrió en los ochenta, durante el primer gobierno sandinista

El régimen de Ortega sigue empujando a miles de nicaragüenses a emigrar a los Estados Unidos

La migración nicaragüense ya aparece en el radar de la ola de inmigrantes con destino a Estados Unidos, que ha aumentado en el último tiempo (desde la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca y tras sus promesas de flexibilidad a las medidas migratorias), propiciando una crisis en la frontera sur de Estados Unidos.  

Casi 50 mil nicaragüenses han ingresado a Estados Unidos por la frontera sur en un periodo de cuatro meses (octubre a enero), lo que indica que se trata de más de 12 mil que han entrado cada mes desde que inicóo el actual periodo fiscal 2021-2022. La administración Biden prometió deshacer la política de inmigración implementada por su predecesor Donald Trump y dijo que adoptaría una política “más humana” hacia los migrantes indocumentados y los refugiados que entran a la nación norteamericana por la frontera sur.

El pasado año fiscal, que contempla desde octubre 2020 hasta septiembre de 2021, el número de inmigrantes detenidos en la frontera alcanzó los 1.7 millones de personas, una cifra sin precedentes desde la década de los 60, cuando se inició el registro de migrantes sin documentos. De esa cantidad de personas, 50,722 son nicaragüenses que fueron detenidos al cruzar la frontera durante los 12 meses de ese periodo fiscal, según las estadísticas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.

Pero la ola migratoria de nicaragüenses va en ascenso de forma alarmante. Durante el presente periodo fiscal 2021-2022, que inició el 1 de octubre, un total de 49,945 nicaragüenses han sido detenidos hasta enero en la frontera sur, según los registros de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos. Eso significa que más de 12 mil nicaragüenses han sido detenidos por mes de octubre a enero.

Muchos huyen de la crisis política y la represión, otros por razones económicas ante la falta de empleo y oportunidades en Nicaragua, agudizada tras las protestas de abril de 2018.

Para el analista político Francisco Delgadillo, la migración es un duro golpe a la economía de Nicaragua. Esto se debe a que gente joven y profesional es la que está migrando, el recurso humano está partiendo del país en busca de mejores horizontes. Muchos viajan con familias enteras. Ingresar con menores a Estados Unidos eleva la posibilidad de permanecer en el país de acuerdo con la política implementada por Biden.

El resultado de esa migración ya está teniendo resultados para Nicaragua con el aumento de las remesas. El Banco Central de Nicaragua revela que el país recibió 194.7 millones de dólares, casi el 70% proviene de Estados Unidos, con lo que se trata del segundo flujo más grande que recibió Nicaragua en su historia por concepto de remesas.

Delgadillo sostiene que el incremento de la migración se debe a que en Nicaragua el desempleo va creciendo. “Muchas empresas están cerrando y es por eso que mucha gente está migrando, no ven futuro en el país y eso desune a la familia”, puntualizó.

Los medios de comunicación en la frontera Estados Unidos-México informan que centenares de nicaragüenses son detenidos a diario en el sector de Piedras Negras y de Eagle Pass, donde todavía las autoridades no aplican el Programa de Protección a los Migrantes (MPP), que los obligaría a retornar a México y esperar ahí los trámites de asilo político.

La mayoría alega que huyen de la dictadura de Daniel Ortega, y llegan exhaustos a la frontera acompañados de niños. Aseguran que son sus hijos y argumentan que Ortega ha recrudecido la represión y buscan una mejor vida para ellos y sus hijos. Antes de 2018, muy pocos nicaragüenses migraban a Estados Unidos.

Para el analista político en Nicaragua se está repitiendo la misma situación de los años 80, durante el primer régimen sandinista, miles emigraron por la represión, la guerra y razones económicas. Fue una época en que “las familias estaban divididas y donde existía falta de empleo y escasez. Esperemos que no lleguemos a esos términos”, señaló Delgadillo.

Agregó que con el éxodo aumentan las posibilidades de que los migrantes mantengan una economía de subsistencia en Nicaragua. El que se va ayuda a la familia que se queda enviando remesas desde el exterior debido a los arraigos familiares.

La organización ‘Nicaragüenses en el Mundo’ (NEEM), advierte a los connacionales sobre los peligros a los que se pueden enfrentar al migrar a Estados Unidos, como los secuestros y la extorsión del crimen organizado que opera en la frontera con México.

Muchos migrantes son presas de los coyotes o el crimen organizado que exige miles de dólares por el rescate. La organización también alerta de otros fenómenos a los que se enfrentan los migrantes: el choque cultural y los riesgos de deportación. “Las detenciones en las cárceles de migración pueden demorar de 3 meses a 2 años”, dice la organización en su sitio web.

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