Más de 680 cubanos han sido arrestados y condenados en el último año por motivos políticos en la isla, según ha denunciado la organización Prisoners Defenders, que ha alertado de que las cifras podrían ser mayores ya que «la verificación real es simplemente inalcanzable».
El mes de noviembre de 2020 empezó con 137 presos y condenados, y desde entonces hasta final de octubre de 2021, se han notificado 544 nuevos casos, mientras hay más de 1.500 casos de medidas de limitación de libertad -bajo autos de procesamiento fiscal o sentencias- aplicadas a los manifestantes detenidos en el marco de las protestas contra la dictadura del 11 de junio.
En un comunicado emitido este jueves, Prisoners Defenders ha alertado sobre las «decenas de cubanos a los que se imputa un delito de sedición, con penas solicitadas por encima de los 10 años», y ha puesto de manifiesto que el barrio de La Güinera, en la capital cubana, «ha sufrido especialmente la barbarie judicial».
Además, ha denunciado la situación de violación sistemática de derechos humanos que viven los presos políticos. Así, ha recordado que en la isla se imponen las celdas de castigo. El preso José Daniel Ferrer, por ejemplo, lleva más de 100 días entre cuatro paredes blancas, sin luz de sol, sin ventanas ni aire y en una celda cuyo único mobiliario es una bombilla. También Maykel Castillo Pérez (Maykel Osorbo, coautor de Patria y Vida) estuvo en celdas de castigo y el opositor Eider Frómeta Allen fue confinado «en mazmorras oscuras y pestilentes, donde se le privó de colchón para dormir y tuvo que acostarse en el suelo entre ratas y cucarachas».
Prisoners Defenders afirma que otro método de tortura, además de los impedimentos para hacer llamadas, es el alejamiento de los familiares y allegados, un régimen reservado en algunos países para terroristas y que provoca el aislamiento físico, mental y emocional del preso -el propio Maykel Castillo Pérez o la Dama de Blanco Aimara Nieto Muñoz sufren este método-, y las palizas y golpes en prisión. En este sentido, subraya que las muertes en prisión en Cuba son «frecuentes» y la gran mayoría se deben a los abusos de «los carceleros» de la dictadura.
Además, la tiranía maltrata a los disidentes con la negación de la asistencia médica -«la seguridad del Estado mantuvo en octubre sin tratamientos médicos a la prisionera política Taimir García Meriño, quien se encuentra muy enferma en la cárcel de mujeres Kilo 5, de Camagüey», asevera- y los campos de trabajo en los que se violan todas las condiciones mínimas humanas y se han convertido en auténticos «campos de esclavitud».