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EL AEROPUERTO ES UN RETRATO DEL SOCIALISMO INCIPIENTE DE AMLO

El teatro de AMLO para defender su aeropuerto tercermundista

Fue una burla la «inauguración» de una pista y del “primer vuelo comercial” del aeropuerto Felipe Ángeles, por parte del presidente López Obrador y sus cercanos: esa base aérea militar está ahí desde 1952, y el vuelo no llevaba pasajeros.

El de México es un gobierno de escenificaciones, de teatros. Gobierno de ficciones. En suma, de propaganda. Esa es la palabra correcta. En ese tenor, el político tabasqueño declaró muy serio que ese aeropuerto ubicado en Zumpango, Estado de México, es la construcción «más importante y grande en el mundo«.

Videos y fotos muestran un terreno sin árboles, desolado, pelón y polvoriento, con construcciones de pésimo gusto, parecidas a bodegas. Puras imágenes del subdesarrollo tercermundista.

Nadie puede en su sano juicio alegrarse de tanta fealdad. Eso no puede ser atractivo para los turistas nacionales o extranjeros. Es un retrato del socialismo incipiente que se construye en México.

Y dejemos de lado lo feo, lo caro y lo poco funcional que será para los capitalinos ir hasta allá.

En 2020 aumentó un 128% el gasto presupuestal previsto para el aeropuerto Felipe Ángeles: la Secretaría de la Defensa gastó 12, 257 millones de pesos (unos 500 millones de euros), cuando sólo estaban considerados 5,372 millones de pesos (219 millones de euros). El costo total de la obra sería de 82,136 millones de pesos (unos 3,356 millones de euros).

Hasta las fotos en donde aparece AMLO muestran su rostro de disgusto ante una maqueta diminuta de lo que pretende ser un gran proyecto, icónico de su “cuarta Transformación”. Y no es para menos.

AMLO se subió a un avión militar este 10 de febrero, en un vuelo de 15 minutos, solo para estrenar la pista y presumir los “avances” de esa base militar, que a nadie dejan satisfechos.

Por cierto, nada tenía que hacer ahí en el evento perdiendo el tiempo tanto funcionario, como si no hubiera temas urgentes que atender. Acelerar la vacunación es prioritario, ya que no la ha recibido ni el 1% de la población. O dotar de medicamentos a los niños con cáncer.

Ahí estaban -como si fuera el aniversario de los Niños Héroes-, Luis Cresencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional; y José Rafael Ojeda, secretario de Marina.

Pero varios políticos cercanos a AMLO se esforzaban en difundir el mensaje de que ese día habíamos estado ante el primer vuelo comercial en el Aeropuerto Felipe Ángeles, con la línea Viva Aerobus.

Así lo tuiteó el canciller Marcelo Ebrard.

Y también Luisa Alcalde, la Secretaria del Trabajo y Previsión Social, y parte de la facción más jacobina del gobierno.

No escatimaron aplausos al gran tlatoani Eduardo Ramírez Aguilar, el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores y Dolores Padierna, vicepresidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.

Mucho menos tenía algo qué hacer ahí el ministro Arturo Saldívar, titular de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). ¿Cómo se presta a ese teatro?

El ex candidato presidencial Gabiel Quadri, hoy aspirante a diputado por el PAN, tuiteó que la inauguración fue la de un aeropuerto imaginario, un capricho costoso de AMLO.

El tal aeropuerto de Santa Lucía, está a 55 kms de la alcaldía panista Benito Juárez, un poco al sur de la Catedral de la capital, del Centro Histórico. Con poco más de 400 mil habitantes de clasemedia, muchos de ellos viajeros frecuentes de vuelos nacionales o internacionales, tiene la misma población que Tel Aviv, en Israel.

Una hora y cuarto de camino. Y con tráfico, hasta dos horas. Además, hay que pagar el costo de una caseta, 81 pesos. Más de 3 euros, 4 dólares. O bien, no pagar, pero manejar media hora más.

Acceso bastante difícil. El actual aeropuerto en funciones, el de la Ciudad de México (AICM), está a 12 kms desde esta alcaldía, y a sólo 19 minutos en auto. Muy diferente.

El cancelado Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), en Texcoco, llevaba cerca de 30% de avances, pero AMLO y su izquierda no podían tolerar que continuara una obra magna fruto del «periodo neoliberal», o del gobierno de Enrique Peña Nieto.

Sólo que la cancelación socialista del NAIM nos costó a los mexicanos 71 mil millones de pesos, según lo declaró el entonces titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú.

El NAIM estaba a sólo 18 kms, unos 26 minutos desde esta misma alcaldía. Mucho más accesible, sólo unos kms más adelante del AICM.  

Cuando un gobierno pone a aduanas, puertos y aeropuertos en manos de militares, es que algo está pasando. No muy bueno.

En México esto no es una casualidad, sino un plan de soporte para el proyecto de gobierno en las fuerzas armadas, lo cual es intimidatorio y busca inhibir a la sociedad civil, amedrenta a la oposición, y teje una alianza entre la élite civil y la élite militar, de mutua conveniencia.

El jueves 11 AMLO acusó al MITRE, una institución no lucrativa relacionada con el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), de haberse visto beneficiada por quienes construían el NAIM, para, corruptamente, emitir un dictamen que planteaba supuestamente que el aeropuerto Felipe Ángeles no se podía hacer, porque causaría interferencia aérea con los otros dos aeropuertos.

Pero en realidad, el MITRE no afirmó nunca tal cosa, ya que no hizo estudios de aeronavegabilidad, que mostraran que no podrían operar los 3 aeropuertos de forma simultánea.

Lo que hizo ese instituto fue, simplemente, señalar que sería poco afortunado que la operación de los 3 aeropuertos derivara en un problema de congestionamiento aéreo de la zona.

Así que la idea de la inauguración del “primer vuelo comercial”, sin gente, va en la misma línea de la rifa del avión sin avión y la vacunación sin vacunas. Todas, ocurrencias propagandísticas fallidas del gobierno mexicano, cuyo único objetivo es perpetuarse en el poder, buscando ganar las elecciones, así sea montando teatros fantásticos.

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