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la confrontación entre las dos facciones ideológicas del país se intensifica

Más de la mitad de los trumpistas y un 41% de los votantes de Biden apoyan la división del país en líneas ideológicas

Bandera de Estados Unidos.

Que Estados Unidos hace más honor a la primera parte de su nombre que a la segunda es algo que ya hemos tratado en estas páginas y que se hace cada día más evidente. No es que haya “dos Américas”; es que las dos facciones ideológicas en que se divide el país ya no pueden ni verse la una a la otra. El sentimiento de división es más fuerte que en ningún otro momento desde, precisamente, la Guerra de Secesión.

Una reciente encuesta del Center for Politics and Project Home Fire de la Universidad de Virginia revela que el 52% de los votantes de Trump y el 41% de los votantes de Biden favorecen que el país se divida en dos siguiendo líneas ideológicas, informa Business Insider.

La afirmación con la que coincide ese altísimo porcentaje de secesionistas in pectore es la siguiente: “La situación es tal que favorecería que los estados (republicanos o demócratas, según la filiación del entrevistados) se separaran de la unión para formar su propio país independiente”.

Sencillamente, esa ‘situación’ a la que se refieren es una oposición de visiones incompatibles que se acerca peligrosamente al punto de no retorno. Concretamente, más del 80% de los encuestados afirmaban de los votantes del otro candidato que “representan un peligro claro e inminente para la democracia americana”, y esa misma proporción temía sufrir personalmente “desgracias y pérdidas personales debidas a los resultados de las políticas” del partido contrario.

Un desproporcionado número de votantes de Trump, en torno al 83%, asegura que hay que detener a las “personas radicales e inmorales que tratan de arruinar el país”, añadiendo que Estados Unidos necesita un “líder poderoso que destruya las tendencias radicales e inmorales” prevalentes en la sociedad. Lo curioso es que esa misma ‘necesidad’ de un líder poderoso la comparten un 62% de los votantes de Biden.

¿Una renovación del enfrentamiento Norte contra Sur de 1861? No, no exactamente. En la época, las divisiones entre los estados del Sur y los del Norte eran mucho más marcadas que las de ahora en modo de vida, modelo económico y creencias; sobre todo, las comunicaciones menos desarrolladas de antaño facilitaban la separación, algo que ahora no se da en absoluto. Pero el factor más crucial para hacer factible entonces la separación era de orden geográfico: la Confederación estaba constituida por un territorio coherente y cohesionado.

En nuestros días, en cambio, no solo los avances de las comunicaciones y la dispersión demográfica hace imposible esa cohesión interna, sino que sería imposible dividir el país siguiendo líneas ideológicas y que quedaran dos mitades coherentes. Para empezar, los dos territorios de estados mayoritariamente demócratas quedarían separados por el ‘estado trumpista’ en las dos costas; por otro, la división electoral afecta sobre todo a la contraposición entre población rural y urbana: incluso en los estados más republicanos, las grandes ciudades tienden a ser ‘progresistas’, y viceversa.

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