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En una burda copia de la Asamblea Constituyente chilena

El líder comunista Vladimir Cerrón incita a la violencia para imponer una Constituyente en Perú

El líder de la formación ultraizquierdista Perú Libre, Vladimir Cerrón. Wikimedia Commons

Vladimir Cerrón, secretario general del partido oficialista Perú Libre, afirmó que no habrá cambios en el país andino hasta que se produzca un cambio en la Constitución, y que este puede darse por una “vía pacífica o no pacífica”.

“Estamos en una lucha constante por el tema de la Constitución Política, compatriotas. En el Perú no habrá cambios si es que no se cambia la Constitución, ya sea por una vía pacífica o por una vía no pacífica”, dijo Cerrón el pasado 3 de mayo durante un evento del partido marxista leninista que lidera, considerado por la fiscalía como una organización criminal.

Las declaraciones de Cerrón fueron ampliamente criticadas por los medios de comunicación, incluso alertando a la policía y Ministerio Público de que estas arengas serían actos preparatorios del delito de sedición para alzarse en armas contra el Estado peruano.

No obstante, vale señalar que muchos de estos medios, sobre todo aquellos dominados por los “caviares” -la izquierda burguesa y capitalina-, hicieron caso omiso a la amenaza de Cerrón y su círculo compuesto por simpatizantes de la subversión comunista, y prefirieron dar su “voto crítico” a Pedro Castillo antes que perder su cuota de poder en un eventual gobierno de Keiko Fujimori.

“Nadie tiene el derecho de dividir y enfrentar a una sociedad. Y debe quedar claro que nadie puede retar a la democracia y al Estado sin que eso tenga consecuencias”, escribió en Twitter el abogado y analista político Javier Bedoya Denegri.

No a la Constituyente

La actitud amenazante de Cerrón se debe a la negativa del Congreso de la República de ceder a la propuesta enviada por el Ejecutivo para que se someta a referéndum la convocatoria a una Asamblea Constituyente, la cual tendría la tarea de redactar una nueva Carta Magna para reemplazar a la vigente, aprobada en 1993 y que es juzgada por la izquierda como “neoliberal” y producto de una “dictadura”, pues fue impulsada por el expresidente Alberto Fujimori tras disolver el Parlamento en abril de 1992.

En una burda copia de la Constituyente chilena, la iniciativa del Gobierno de Perú Libre contempla que la Asamblea, conformada por 130 asambleístas, será de “carácter popular, plurinacional y tendrá paridad de género”.

“El Pleno del JNE [Jurado Nacional de Elecciones] regula la forma de elección y la distribución de escaños de la Asamblea Constituyente, que deberá estar compuesta por: 40% por representantes de organizaciones políticas inscritas, 30% por candidatos o candidatas independientes, 26% por representantes de pueblos indígenas y 4% por representantes de los pueblos afroperuanos. La elección se realizará por distrito electoral simple”, señala el documento.

Sin embargo, la iniciativa fue rechazada por once votos en la Comisión de Constitución y Reglamento, cerrando momentáneamente la posibilidad de que esta iniciativa llegue al Pleno y consiga los votos suficientes para ser aprobada.

Cerrón, el titiritero

Durante la campaña por la segunda vuelta presidencial, la izquierda y los socialdemócratas intentaron vender a Pedro Castillo como un docente provinciano y sindicalista que representaba las demandas populares; y que Cerrón, aunque era dueño del partido que llevaba a Castillo como candidato, no tendría ninguna participación en un eventual gobierno de este último.

«Acá las decisiones las toma Pedro Castillo y las toma el pueblo; el señor (Vladimir) Cerrón está impedido judicialmente y no lo van a ver ni siquiera de portero en ninguna de las instituciones del Estado«, llegó a decir Pedro Castillo. La historia reciente demuestra todo lo contrario.

“El verdadero candidato presidencial de Perú Libre es Vladimir Cerrón. Los peruanos que voten por Pedro Castillo marcarán por él en la cédula, pero terminarán eligiendo a Vladimir Cerrón como presidente. Yo digo que el señor Pedro Castillo es el títere de Vladimir Cerrón”, aseguró en una entrevista para La Gaceta de la Iberosfera el excongresista César Combina, uno de los más firmes opositores al gobierno comunista instalado en el Perú, y que debió abandonar temporalmente el Perú junto a su familia debido a las amenazas de muerte en su contra.

Pedro Castillo: un gobernante débil

Cerrón, quien afronta varias investigaciones fiscales y fue condenado por corrupción, es considerado el verdadero gobernante detrás de Pedro Castillo, quien ocupa la Presidencia, pero carece de habilidades intelectuales y políticas, además de ser percibido como débil y manipulable.

“Nunca me formé para político. Como reitero, nunca fui formado para presidente. He venido por mandato del pueblo para no cometer lo mismo”, confesó Castillo al periodista Fernando del Rincón de CNN en español.

Estas declaraciones dejaron en evidencia la nula preparación de Castillo para dirigir al Perú, un país golpeado por la crisis económica y amenazado por la sombra de la subversión comunista -alimentada por el narcotráfico- y el apetito voraz de las dictaduras de Cuba y Venezuela, ansiosas por apoderarse del cobre y las plantaciones ilegales de hoja de coca.

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