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El Pacto Histórico apela al espionaje y la campaña sucia

Las encuestas otorgan una mínima ventaja a Gustavo Petro sobre Rodolfo Hernández

El candidato izquierdista a las presidenciales colombianas, Gustavo Petro. Europa Press
El presidente de Colombia, Gustavo Petro. Europa Press

El miércoles empezaron a circular varios videos en los que aparecen integrantes del Pacto Histórico, movimiento político de Gustavo Petro, discutiendo sobre los pasos a seguir en la campaña presidencial, que incluían atacar a otros candidatos, estallar controladamente el escándalo de quienes visitaron las cárceles para lograr acuerdos con delincuentes que podrían ser extraditados y con políticos condenados por corrupción, y filtrar rumores y acusaciones en contra del candidato del Equipo por Colombia, Federico Gutiérrez.

Fue tal el revuelo nacional que se generó, que Gustavo Bolívar, mano derecha de Gustavo Petro y quien encabezó la lista al Senado de su movimiento, publicó que “Hay gente que resta más de lo que suma. Siento vergüenza. El silencio no es una opción. El cambio se hace de manera decente o no lo es”.

Uno de los que fue más certero en su crítica a lo que se develó fue Moisés Wasserman, exrector de la Universidad Nacional, quien posteó: “Lo que salió ayer no fue el Watergate de Nixon, fue la filtración de ‘garganta profunda’ al Washington Post”, haciendo alusión a la información que se entregó a la prensa, sobre la estrategia de Nixon para infiltrar al partido demócrata en las elecciones de 1972 en los Estados Unidos. Petro ha optado por denunciar que los infiltrados son ellos y el senador Roy Barreras, uno de los protagonistas de los videos, por reconocer todo lo que se dijo y alegar que no hay nada ilegal y que la política es así.

De hecho, un reconocido politólogo preguntó “¿No es esperable que una campaña busque aprovechar las debilidades de las otras para obtener réditos electorales? No digo que sea lindo, ni tengo claro dónde se ha de trazar la raya, pero me parece al menos ingenua la indignación que ha desencadenado este video”.

El problema es que en el conjunto de videos que se han publicado, queda claro que el Pacto Histórico sí sabía de ofrecimientos a criminales condenados y de múltiples encuentros con estos en las cárceles, algo que en su momento negaron y desconocieron. Precisamente por eso el senador Gustavo Bolívar ha enfrentado a Roy Barreras: “Me indigna que digas que hay gente del Pacto Histórico ofreciendo no extradición a presos en la Picota. Eso es falso y empaña una campaña limpia donde hemos dejado el alma en cada rincón de Colombia. Te invito a que digas quienes han hecho ese ofrecimiento. El país debe saberlo”.

Petro parece no tener límite, ya había promovido una campaña en contra de Hernández por no haber pagado el rescate de su hija secuestrada y posteriormente asesinada, alegando que era una persona inhumana. Al respecto, Socorro Olivero, esposa de Hernández, expresó su malestar en una carta en la que insistió en que “el contendor en esta segunda fase de campaña se ha caracterizado, particularmente, por una manera sucia de hacer política (…) se han tomado elementos de mi vida personal, los cuales son inaceptables dentro de una sociedad enferma que se alimenta del dolor”. Los videos que se han conocido hasta el momento demuestran que, en efecto, la estrategia del pacto histórico ha sido siempre hacer daño a los otros candidatos y no va a cambiar ahora que solo queda Hernández como contendor.

El escenario es muy peligroso, pues Petro ha vuelto a expresar desconfianza en la Organización Nacional Electoral, a pesar de tener más de 70 mil testigos electorales inscritos, mucho más de lo poco que ha logrado inscribir la campaña de Hernández; y sus militantes más radicales insisten en que de no lograr el triunfo el 19 de junio paralizarán al país. Lo demostraron en mayo de 2021 cuando declararon paro nacional y tuvieron al país en jaque durante varios meses. Hoy es una de sus cartas para presionar a los indecisos: o Petro gana o Colombia queda paralizada.

Aún más grave es que, tal como siempre lo ha dicho el excandidato presidencial Sergio Fajardo, “como se comportan en campaña lo harán en el Gobierno”. Roy Barreras, Armando Benedetti y el mismo Gustavo Petro, han demostrado, con sus respuestas a la publicación de los videos, que no tienen ningún problema en reconocer ataques, la divulgación de falsos rumores y hasta la infiltración de las otras campañas. En últimas ya saben cómo opera la política colombiana y decidieron adaptarse y no cambiar el sistema.

Su estrategia parece estar dando resultado. Según el tracking presidencial de la firma GAD3, que publica el grupo de medios de la Organización Ardila Lule, la intención de voto en la segunda vuelta por Petro se ubica en el 48,5% y por Hernández en 46,7%. A una semana de las elecciones, ya es público que el Pacto Histórico levantó toda barrera ética y busca ganar a cómo dé lugar, recibiendo en su seno a cualquier aliado, como la investigada senadora Piedad Córdoba o el también senador Mario Castaño, capturado esta semana por corrupción; gastando todo lo que puede en publicidad, campaña negativa en redes y demás.

Colombia decidirá entre un ingeniero que no acepta alianzas, financia su campaña recurriendo a su propia fortuna y evita transgredir los límites de un debate informado y con un mínimo de decencia; y un economista que militó en la guerrilla del M-19, ha sido congresista en cuatro ocasiones, alcalde de Bogotá y hoy está aliado con facciones políticas cuestionadas y hasta hace muy poco empuñaban las armas en contra de la sociedad colombiana.

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