«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Petro es hoy el defensor de la clase política

Elecciones en Colombia: Rodolfo Hernández lidera las encuestas de la segunda vuelta presidencial

El exalcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández. Twitter

Después del sorprendente resultado de la primera vuelta presidencial, en la que Gustavo Petro obtuvo 8.527.768 votos (40,32 por ciento), con el 99,99 por ciento de las mesas informadas, y Rodolfo Hernández 5.953.209 votos (28,15 por ciento); dejando atrás al candidato de la actual coalición de gobierno, Equipo por Colombia, Federico Gutiérrez, quien obtuvo 5.058.010 votos (23,91); se conocieron las primeras encuestas y sondeos cobre la intención de voto para la segunda vuelta, que se llevará a cabo el domingo 19 de junio. 

El Centro Nacional de Consultoría publicó una encuesta en la que participaron 1200 personas y arrojó un 41 por ciento de intención de voto para Hernández y un 39 para Petro. Por su parte, LAFM publicó un sondeo a 1199 personas, realizado por la firma GAD3, según el cual Hernández lidera la intención de voto con el 51,8 y Petro queda relegado al 40,4, es decir, este último ya habría llegado a su techo, tal como han sugerido muchos analistas. Lo que queda claro es que la opción para los partidos que acompañaron a Gutiérrez es hoy el candidato de la Liga de Gobernantes contra la corrupción y tendrán que votar por él sin ningún tipo de compromiso, sin participar en los cuadros de su campaña y sin aspirar a participar en su gobierno. Es el único camino que hoy tienen para derrotar a Petro y al Pacto Histórico.

Las cosas para quien sigue insistiendo que representa el cambio y la revolución se han complicado. Como bien lo dijo el analista del Instituto CATO, Daniel Raisbeck, «Petro se encuentra en la etapa final de una larga cruzada contra la clase política… y él es la clase política». Al candidato del Pacto Histórico hoy lo rodean senadores que integraron las coaliciones de Álvaro Uribe y de Juan Manuel Santos, como Roy Barreras y Armando Benedetti, el siempre cuestionado expresidente Ernesto Samper, recordado por el aporte que a su campaña hizo en 1994 el Cartel de Cali, además de Alfonso Prada, su jefe de debate, secretario general de la presidencia en el Gobierno de Santos. 

Mientras tanto, Rodolfo Hernández publicó 20 diferencias que tiene con el uribismo, entre las que están la negociación con la guerrilla del ELN, el restablecimiento de relaciones diplomáticas con la Venezuela de Maduro, el rechazo al fracking y al uso del glifosato para la fumigación de cultivos ilícitos y la legalización de la marihuana medicinal y recreativa; puntos contra los que ha estado siempre el Centro Democrático. Hernández sabe que el rechazo a Petro es suficiente para que la derecha colombiana le apoye, pero también sabe que debe mantenerse lejos del expresidente Uribe y del actual jefe del Estado, quien, como si desconociera el resultado del domingo, insiste en atacar a Petro, olvidando que sus declaraciones han sido en buena medida responsables de la consolidación de su campaña. 

Petro ha volcado su energía en los ataques a su contrincante, ahora tachándolo de ser el plan B del uribismo, de machista, de corrupto, de ser un populista que desconoce el Estado. Olvida que hace unos meses le buscó para sugerir una alianza, derrotar juntos a Equipo por Colombia y superar de una vez por todas al uribismo. Ahora Hernández se consolidó como la alternativa no solo para derrotar al uribismo, algo que logró el domingo pasado, sino para derrotar de una buena vez al petrismo en su tercer intento por lograr la jefatura del Estado.   

Los dirigentes más importantes de la derecha colombiana ya se han expresado en favor de Hernández, aclarando que no lo acompañarán en tarima, que no harán parte de su posible gobierno y que prefieren a un empresario como Presidente que a un exguerrillero, tal como expresó la senadora María Fernanda Cabal.

 

Tal vez por eso, porque sabe que no hay otra opción para quienes se oponen a la propuesta de Petro, Hernández informó que no asistirá a debates, que no hará eventos masivos y que mantendrá una campaña austera. De hecho, sigue compartiendo abiertamente los gastos de su campaña y su política de austeridad. El miércoles en un trino publicó que «sin haber sido elegido ya le ahorré 24 mil millones (6 millones de euros) a los colombianos. Tenía derecho a gastar 27 mil millones que el estado me devolvería en la reposición de votos, pero solo me tuvieron que devolver 3 mil millones (740.000 euros), que es lo que gasté”. 

Ese discurso se austeridad, acompañado con acciones como la de no haber organizado un evento masivo para esperar los resultados y en cambio dirigirse al país desde la cocina de su casa, mientras que Petro lo hacía desde el salón rojo del Hotel Tequendama, famoso lugar donde siempre se han hecho las convenciones de los partidos políticos más importantes, ha resultado eficiente y lo tiene ad portas de ser el nuevo presidente de los colombianos. 

Quien lo creyera, hoy Petro es el defensor de la clase política, de la que hace parte, de la burocracia estatal y su ineficiencia, de los oligopolios, del monopolio estatal y de quienes recibieron financiación del narcotráfico para sus campañas, tal como lo comprobó hace ya tres décadas la Fiscalía. El escenario está ya marcado: el cambio está con Rodolfo y la izquierda del establecimiento está con Petro, algo impensable hace solo tres semanas.

.
Fondo newsletter