En una entrevista concedida a la revista húngara Mandiner, Marine Le Pen, la líder de Agrupación Nacional, el partido con más militantes de Francia, lanza un mensaje a los húngaros: no cometáis el mismo error que hemos cometido nosotros. Se refiere, naturalmente, a esa inmigración masiva que, según han advertido abiertamente militares y policías, tiene a Francia dividida y al borde de un enfrentamiento.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, «no exagera en absoluto», sostiene Le Pen en la entrevista. “El 85% de los franceses quiere detener la inmigración. Si pudiera dar a los húngaros un consejo sería: mirad a vuestro alrededor, a lo que está pasando en el mundo ahora, y guardaos de tener el mismo destino que Francia».
El tiempo le ha dado sobradamente a la líder soberanista, que hace tiempo describió con precisión lo que pasaría en Francia si no se detenía la entrada descontrolada y masiva de inmigrantes procedentes de culturas incompatibles con la francesa y, de hecho, se ha comprometido a celebrar un referéndum para cerrar las fronteras de Francia a la inmigración si es elegida en las próximas presidenciales.
«Nos dimos cuenta del problema hace unos veinte o treinta años, y lo advertimos, y con la perspectiva de los años podemos afirmar que nuestra percepción era acertada. Lo que entonces se consideraba radicalismo es de lo que ahora se están dando cuenta muchas naciones», dice.
Las pruebas están por todos lados, no solo de los problemas que sufre Francia por este motivo, sino de que los ciudadanos son ya perfectamente conscientes. Así, en una encuesta llevada a cabo en mayo entre policías y militares, el 60% de los consultados expresaron su intención de votar a Le Pen en las presidenciales.
Pero la propia evidencia del problema ha tenido una consecuencia inesperada: al partido de Le Pen le ha salido un duro competidor, no en la forma de otro partido, sino de un posible candidato a las presidenciales, un popular periodista y autor disidente que parece haberle adelantado por la derecha: Eric Zemmour, que ya está a solo cinco puntos de Emmanuel Macron en intención de voto.
El éxito de Zemmour es, si cabe, mayor prueba del estado calamitoso en que la inmigración/invasión está dejando a Francia, ya que el autor defiende posturas aún más radicales -impublicables hace solo unos años, de hecho, en el panorama político- que la propia Le Pen.
