Tres personas muertas y 17 focos de incendio todavía activos. Imágenes devastadoras contra las que luchan ya bomberos y militares.
08.15 del lunes, ¡han cantado bingo! Tras varios días de, imaginamos, sesuda reflexión, el Gobierno catalán -incomprensiblemente todavía sin inhabilitar- contesta a la pregunta del Gobierno de Mariano Rajoy sobre si proclamó o no proclamó la ‘república catalana’. Y lo hace con un ‘dónde vas, manzanas traigo’: Puigdemont pide el fin de la represión contra el pueblo catalán, insiste en la vía del diálogo y pide una reunión con Mariano Rajoy. Afirma, eso sí, que la suspensión del mandato popular surgido de las urnas el 1 de octubre evidencia su voluntad democrática de entendimiento. Y eso, quizá, sea lo más parecido a un reconocimiento de culpa… porque si alguien suspende ‘algo’ es que ese ‘algo’ -la declaración de independencia, en este caso-, existe.
Perdonen que nos sumemos a este trabalenguas lingüístico-político, pero es que el virus Moncloa-Generalitat es contagioso. Alejándonos de la enfermedad está todo mucho más claro: da igual, en realidad, si Puigdemont declaró o no la independencia. España ya sufre -y así lo reconoció Moncloa- los efectos negativos del proceso y vive una ruptura social que daña la convivencia. Es todo lo que el Gobierno necesita -y ya lo tiene- para aplicar el 155. Lo demás son excusas.
Trapero
Este lunes la respuesta de Puigdemont comparte protagonismo con el mayor de los Mossos que desfila, por segunda vez, ante la Justicia acusado ahora de sedición. Acompañado de sus amigos de ANC y Omnium Cultural, se dice se comenta que a Josep Lluis Trapero le han recomendado que vaya de paisano, por si acaso hoy no duerme en casa. Veremos.
El fuego
Y dejamos a un lado la política para hablar, ahora en serio, del fuego que arrasa Galicia y Asturias. Tres personas muertas y 17 focos de incendio todavía activos. Imágenes devastadoras contra las que luchan ya bomberos y militares -se han desplazado numerosos efectivos de la UME- que entristecen el corazón de toda España. Bueno, de toda no. Nos obligan a volver a la política porque hay quien ni en estas desaprovecha para exhibir su catadura moral: Pablo Echenique y Alberto-Dante Fachin, líderes podemitas, encuentran en estos trágicos incendios motivos para el humor y la crítica política. Pues eso, cada uno con su catadura moral.
Desde La Gaceta, todo el cariño para el norte de nuestra bonita España y todo el agradecimiento para los bomberos y militares que se juegan la vida extinguiendo las llamas. Y todo el peso de la ley para los pirómanos que, según las primeras hipótesis, han causado estos fuegos que ya se han cobrado la vida de tres personas.
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