La Pascua Militar
OpiniónEl pasado día 6 de enero se ha celebrado, como todos los años, en el Palacio Real y bajo la presidencia de S.M. el rey Felipe VI, la ceremonia de la Pascua Militar. Esta ceremonia es tradicionalmente un acto castrense en el que el rey, Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, felicita a todos los militares y estos le corresponden. Además el rey impone diversas condecoraciones militares.
El origen de esta festividad se remonta al año 1782, cuando Carlos III quiso felicitar a sus militares por la feliz reconquista de la isla de Menorca, ocupada hasta entonces por los ingleses tras el tratado de Utrecht.
Es prácticamente la única ocasión en que en época de paz, el monarca español actúa como Mando Supremo de las Fuerzas Armadas (FAS), como le reconocen el artículo 62.h de la Constitución y el artículo 3 de la Ley Orgánica 5/2005 de la Defensa Nacional. Sin embargo, este acto, que ya se suspendió en algunos periodos de nuestra Historia, se ha ido desfigurando a través de los años recientes y actualmente su sentido se ha tergiversado totalmente, convirtiéndolo en un acto político.
En efecto y en primer lugar, si se trata de felicitar a las FAS, quien debe recibir la felicitación del rey y responderle es el máximo representante de las mismas e inmediato inferior en el orden jerárquico militar que es el JEMAD y no el Ministro/a de Defensa que no ostenta ningún mando militar sobre los Ejércitos y la Armada sino solamente la administración y mando político militar, según el artículo 97 de Constitución y los artículos 5, 7 y 9 de la citada Ley Orgánica de la Defensa Nacional. No constituye pues en ningún momento un escalón jerárquico militar intermedio entre el Rey y las FAS.
No quiere decir lo anterior que no deban estar presentes el presidente del Gobierno y sus ministros y en especial el de Defensa, pero no como protagonistas del acto.
Otro punto, a nuestro modo de ver discutible es la presencia de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, al mismo nivel que la Fuerzas Armadas. Está claro que su misión, sobre todo en tiempo de paz es transcendental y encomiable en la defensa de la Seguridad Nacional. Pero este acto, repetimos no tiene tradicionalmente esta finalidad. No es el momento para presentar al rey las líneas de acción del Ministerio y mucho menos para presentarle los problemas y logros del mismo y además ni la Policía Nacional ni siquiera la Guardia Civil, aunque ésta última sea un Cuerpo de naturaleza militar, forman parte de las FAS (artículo 8 de la Constitución) y por lo tanto no es el rey su jefe jerárquico.
Los militares no olvidamos que nuestros Ejércitos y Armada, están incluidos en el Ministerio de Defensa pero eso es sólo a efectos administrativos y para cuestiones de Política de Defensa y Política Militar, pero a efectos de jerarquía militar, nuestro superior jerárquico es solamente el Rey. Si el Gobierno de turno quiere tener una ocasión para dar a conocer su gestión en materia de Seguridad Nacional y de Política Militar al Jefe del Estado de forma institucional y pública, debería buscar otra fecha pero no utilizar un tradicional acto militar como el de la Pascua Militar.